La realidad es que la mayoría de parejas y matrimonios tienen conflictos más o menos graves en algún momento de la relación. Problemas de dinero, celos, infidelidad, falta de comunicación, o mala convivencia pueden ser algunos de ellos. 

Las parejas que se mantienen con el correr de los años – a contracorriente de «los amores líquidos” de ahora – lo han hecho en base a dos cosas: cambiaron el idealismo por el realismo y se sacaron de la cabeza la creencia de que, en una relación, temas fundamentales como la comunicación o el sexo vayan a fluir naturalmente. Es necesario trabajar para el amor, al igual que en los demás aspectos de nuestra vida. Trabajar no significa esforzarse o sufrir. Es conseguir lo que no va a llegar espontáneamente o porque quieras que el otro cambie.

Como dice John Gray, autor de “Venus al rojo vivo, Marte bajo cero”:

«Cuando estamos en la etapa de la luna de miel en una relación, es fácil ser inmunes a muchas situaciones estresantes de nuestra vida. Pero en cuanto la novedad del amor se esfuma, nos volvemos de manera inevitable y paulatina vulnerables al masivo estrés que nos rodea. Si logramos recordar que las acciones y respuesta cariñosas de nuestra pareja durante la luna de miel no eran más que un atisbo de la vida que podemos gozar juntos, nos llenaremos de esperanza en lugar de desesperanza. Nos sentiremos motivados a responsabilizarnos de nuestra felicidad sin echarle la culpa a nuestra pareja, lo cual nos permite darle un amor incondicional.»

5 consejos para una convivencia más agradable:

1. No tomes decisiones en momentos de rabia:

Las decisiones que tomas en estos casos no se pueden cumplir ni sostener. Separarte, cambiar la cerradura o cualquier tipo de medida, debe pensarse antes de ser llevada a cabo. Toma varias respiraciones, enciérrate en tu habitación o ves a dar una vuelta antes de decir “te odio” o “no quiero verte más en mi vida” ya que cuanto más rabia sientas es porque más amor le acompaña y no vale la pena que lo desgastes o pierdas.

2. Compensa el malestar y la angustia de la pelea con tácticas y recursos positivos:

No te espantes cuando comiencen los primeros conflictos. Si una pareja no tiene conflictos significa que está muerta. Es completamente común tener problemas de pareja, lo importante es compensar el malestar y la angustia de la pelea con tácticas y recursos positivos que generen complicidad y cariño en tu relación. Puede ser a través del humor, restar importancia a los asuntos que no fluyen del todo – y que quizás no son muy importantes -, pedir consejo sobre algún tema laboral o cualquier asunto que sea externo a la relación, cocinar aquel plato que tanto os apetece a los dos, etc.

3. Es importante saber negociar los intercambios implícitos en la pareja:

Ante las dificultades y el malestar, todo acaba calculándose, desde el cariño que cada uno muestra hasta el dinero que se gana y aporta a la casa. Por eso, la crisis de pareja, puede ser un buen momento de re-negociar los acuerdos implícitos y buscar nuevos balances para que ninguno de los dos sienta que da más de lo que recibe, o recibe más de lo que da.

4. No descuides los pequeños detalles:

Un simple beso de buenas noches, quedar con amigos, o salir al cine los dos solos puede renovar la frescura y el optimismo ante un momento de dificultad y apatía en la pareja. Si la situación lo permite procura seguir haciendo el amor ya que la sexualidad ocupa siempre un lugar muy importante en la relación – y si se hace con ternura – puede recrear el vínculo fuerte e íntimo que siempre han compartido.

5. Aunque haya dolor, pena, rabia o decepción, procura compartir siempre tus sentimientos:

Hablar de lo que te sucede, desde un lugar sensato y maduro, facilitará la comunicación emocional. Además te permitirá vaciar de todo aquello que puede estar obsesionándote mentalmente y minando tu salud. Cultivar la transparencia y sinceridad con tu pareja, facilitará la convivencia y la más pronta solución de los problemas.

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