Durante la vida en pareja pueden surgir momentos o situaciones que originen tensión, irritabilidad o tristeza en tu relación y que te impidan encontrar una salida satisfactoria y funcional al problema. Puede que sientas que te falta el aire y que ya no logras salir tú ni tu compañero/a del círculo vicioso y viciado de malestar, tensión, maltrato, desconfianza, celos, resentimiento, etc…

Permanecer juntos no es lo mismo que sentirse una pareja. Para que ella exista tienen que cumplirse ciertas condiciones y la primera es la presencia de un vínculo afectivo significativo, con cierta estabilidad en el tiempo y que incluya – por lo general – una vida sexual mínimamente satisfactoria para ambos.

El conflicto crónico en la pareja enferma a quienes participan de él, aún cuando quieras minimizarlo o ignorarlo. Se produce un estado de estrés sostenido en el lugar más íntimo y cercano que puedas tener: tu propio hogar. Asimismo, desarrolla enfermedades tales como ansiedad, depresión, desórdenes alimenticios y adicciones, trastorno del sueño, perturbación de las relaciones familiares, laborales y la sensación de poca valía personal.

En efecto puede que te enfermes con mayor facilidad porque el conflicto constante aumenta el nivel de las hormonas responsables de la inhibición del sistema inmune (adrenalina y noradrenalina entre otras) y si además eres mujer debes saber que eres aún más susceptibles de enfermar que tu pareja frente a los estados de desbordamiento emocional constantes.

Los problemas se presentan en la vida de la pareja como desafíos a la capacidad de actuar en forma conjunta frente a un obstáculo. Los conflictos, cuando son entendidos y encarados, se transforman en una oportunidad de crecimiento porque te permiten revisar las bases y el estado actual de la pareja, reciclando así el vínculo, iniciando una nueva etapa de vida en común. Pero si en cambio los ignoras o pretendes actuar como si no existieran, ellos mismos conducen a un escenario donde las tensiones superan la capacidad de resolución. Estado que se denomina CRISIS DE PAREJA y donde es muy difícil salir ileso y continuar con el vínculo.

La terapia de pareja debe ser breve por definición, porque lo que no se soluciona en 15 sesiones raramente lo hará en 40. Sin duda que no todos vuestros problemas serán resueltos, ni que tú ni tu pareja saldrán de la terapia transformados en nuevas personas. Eso sería utópico o ficticio, pero desde la primera sesión notarás los cambios positivos en la relación. Tales como un mejor trato y comunicación entre vosotros, mayor empatía y tolerancia mutua, un incipiente deseo de mejorar vuestra relación y estar más unidos, etc.

La terapia puede ser conjunta para tí y tu pareja, o bien, terapia individual enfocada al problema que estés viviendo con tu pareja, en el caso de que él o ella se resista de momento a consultar un terapeuta y pedir ayuda.

Posibles motivos de crisis y falta de armonía en la pareja:

  • Dificultades en la comunicación y/o en la capacidad de llegar a puntos de acuerdo sobre diferentes temas.
  • Inadaptación en situaciones de cambio y transición como el embarazo, posparto, cambios laborales, emancipación de los hijos, enfermedades, mudanzas, muertes…
  • Falta de empatía, apoyo, colaboración y armonía en la pareja como vínculo fuerte e íntimo y que tiene niños pequeños o bebés.
  • Problemas con las familias de origen o familias ensambladas.
  • Contradicciones en la relación y estilos educativos respecto a los hijos.
  • Infidelidad, celos, dependencias, adicciones.
  • Problemas sexuales como falta de deseo o excitación, anorgasmia, etc.
  • Falta de equilibrio entre el dar y el recibir de ambos miembros y el sistema familiar en su conjunto.

Metodología: 

La primera sesión es de valoración del problema, conocer la historia de la pareja, el motivo de consulta y liberar la carga de tensión emocional sostenida hasta el momento. En las siguientes sesiones, tras este proceso de exploración, se inicia el proceso terapéutico de forma más profunda y práctica. Éste se basa siempre en los objetivos consensuados que pueden ir cambiando a lo largo del proceso, por lo que la duración es variable en función de los objetivos a trabajar y de la implicación vuestra. Las sesiones pueden ser en pareja o individualmente – si uno de los dos se niega a colaborar de momento- orientadas al problema de pareja.

Duración: 75 minutos en pareja / 60 minutos individual.

Precio: 75€ en pareja / 60€ individual.

Formato de las sesiones: presencial (en El Masnou, Barcelona) o videoconferencia / teléfono.

¿TE ATREVES A INTENTARLO?