Casi ninguno de nosotros anhela estar sol@. La compañía, la colaboración y la cooperación de una pareja suavizan nuestra vida cotidiana, y en muchos casos, hasta la llena de sentido. Sin embargo puede que esta no sea tu situación actual, ni desde hace un tiempo atrás. Y con esta situación de cierto aislamiento se radicalice aún más el sentimiento profundo de soledad, desilusión, tristeza y desesperanza.

Puede que estés atravesando un inmenso dolor emocional e incluso por momentos pareciera que se manifestara de forma física a través de una presión en la garganta, el pecho, falta de energía o momentos de ansiedad. Puede que en algunos momentos lo sientas insoportable ya que no paras de decirte que nunca saldrás de esta situación de soltería.

Pero es importante que sepas que el dolor también te coloca frente a la posibilidad de aprender lo que jamás sería igual de otro modo. Vivir esta frustración de la soledad te puede llevar a madurar y desplegar fortalezas que desconocías en ti mism@, que estaban como una semilla sembrada esperando a ser cosechada.

Sentir el dolor en algunos momentos, expresarlo y elaborarlo, te llevará sin duda al auto-conocimiento. Aunque te parezca imposible de atravesar tienes que saber que siempre puedes elegir la manera de cómo vivirlo, ya que todos somos potencialmente resilientes. Puedes ante este dolor emocional posicionarte como un protagonista activo, poseedor de recursos y potencialidades para cambiar tu realidad emocional, espiritual y autoestima; o quedarte simplemente como una víctima pasiva. Esta nueva vida que implica cierto aislamiento puede estar siendo muy dolorosa para ti por atravesarla sol@. Pero te puede ofrecer  justamente ahora, ante el parón y la ralentización de la vida, la posibilidad de transformarte y salir fortalecid@.

Estamos acostumbrad@s a desear curarlo todo, encontrar las pastillas sanadoras, silenciar los sentimientos, y de esta forma, no hacemos más que perpetuar lo que queremos erradicar. Curar tiene que ver con poner afuera, en alguien que venga a callar nuestro vacío, acompañarnos en nuestra soledad. Sanar, por el contrario, tiene que ver con buscar adentro de uno, darnos el tiempo para cicatrizar una herida que quizás lleva años con nosotros – incluso desde la niñez. Este puede ser el momento de atravesar la pena y dejar de callarla o taparla con distracciones y responsables de todo tipo, como quizás solías hacer antes del covid-19. Debes de saber que cada vez que anestesias tu dolor, anestesias al mismo tiempo tu capacidad de dar un paso adelante en tu crecimiento personal.

6 Claves para superar el dolor y el malestar de la soledad:

• Evita la victimización: cuando sientes pena de ti mism@ te entierras en la situación dolorosa. Colocas la culpa en algo externo, en tu mala suerte, o en haberte cruzado con las personas equivocadas. Y de esta forma esperas justamente que sean los otros quienes busquen la solución a tu dificultad de construir una pareja estable: esperando que cambien por ti, que comiences a cruzarte con personas más estables o comprometidas, que tengas más suerte en diversas situaciones vitales, etc, etc., sin llegar a reconocer que la única persona responsable y capaz de cambiar su destino eres tú. Victimizarte es condenarte a la incapacidad, la pasividad y la dependencia.

• Desarrolla aspectos y recursos nuevos en tu vida: pon atención a lo largo del día en intentar en cada cosa que haces ser más flexible y tolerante contigo mism@a y con los demás, más gentil y compasiv@ ante las diferentes frustraciones que puedas estar sintiendo. Intenta encontrar nuevas soluciones a los viejos y nuevos problemas que a partir del covid-19 puedas estar teniendo, apelando a tu creatividad e imaginación. En estos momentos es fundamental que pongas atención en desarrollar más aún el optimismo, el agradecimiento a la vida y a lo que tienes, la perseverancia y la capacidad de perdón. 

• Recíclate y aprende nuevas cosas: te encuentras saludable, no tienes compromisos que te obstaculicen y dispones de suficiente tiempo para desplegar lo quieras en tu vida. ¿Se te ocurren cosas nuevas que podrías aprender y que nunca has encontrado el tiempo y la oportunidad para hacer hasta ahora? ¿Has pensado en cursos, habilidades y actividades que te gustaría hacer porque sí, sin demasiada importancia aparente hasta el momento? A partir de la situación mundial actual se han desarrollado muchos más recursos gratis y de pago a tu disposición para ello: cursos y tutoriales online, formaciones y seminarios, contacto más frecuente con amig@s y familiares por videollamada con quienes compartir ciertas actividades y que nunca encontrabas el tiempo de hacerlo o estaban lejos, películas y libros de fácil acceso online, etc. 

• Busca la sociabilidad y el apoyo familiar: las relaciones de amistad y el apoyo familiar son importantes durante toda la vida. Pero especialmente en estos momentos cargados de malestar y quizás baja moral, la creación y sostenimiento de una red de contención con hilos fuertes, te permitirá sentirte protegid@, acompañad@ y amad@ – aunque sea a veces a la distancia. Siempre necesitas saber que alguien vela y se preocupa por tí.

• Trata de conectar más a menudo con la felicidad: siempre puedes enfrentar las adversidades positivamente. Ser feliz no tiene que ver con lo que te suceda en la vida, si no con el modo en que vives aquello que te sucede. Intenta registrar y saborear la vida sin esperar el mañana o una realidad diferente. Desde los eventos más cotidianos como ver caer la lluvia, un atardecer o un cielo estrellado, disfrutar de una buena serie o película, salir a caminar o hacer deporte, saborear tu comida preferida o de un aroma entrañable.

• En medio del dolor el buen humor será tu gran aliado: ante sentimientos y hechos difíciles de digerir, como puede ser el paro temporario, la enfermedad o muerte de algún conocid@, un proyecto o viaje cancelado, etc.; el buen humor te permitirá darle un significado diferente a todo ello. El buen humor te relaja, te da placer, te conecta a la vida, te motiva. Y sobre todo te permite tomar distancia y verte desde una perspectiva diferente, incluso llegar a reírte de ti mism@. Y cuando eso sucede, el dolor o dificultad toma otra dimensión.

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