Es probable que hoy en día oigas a menudo y sientas tú mism@ la frase “Quiero independizarme, necesito estar sol@ por una tiempo para saber qué es lo que quiero”. Esta frase tiene también su costado psicológico ya que puede querer decir entre otras cosas: “Quiero una vida afectiva, personal, profesional, familiar más adulta y hecha más a mi medida”. Pero la pregunta antes de empezar un proceso de separación o ruptura con tu pareja de hace más o menos tiempo debe ser: ¿Puedes asumir los riesgos y dificultades que esta independencia y soledad conllevan? Porque si solo quieres tener más posibilidad de movimiento a nivel afectivo, sexual, laboral, a nivel de viajes y vivienda, o bien el energizante vértigo de la libertad y de lo diferente cada día, pero no deseas sufrir, equivocarte o intuyes no estar preparad@ para sostener y digerir posibles dificultades y sufrimiento, es quizás más prudente tomarte un tiempo de escucha profunda y reflexión antes de tomar una decisión como esta.
Puede que incluso lo que estés deseando con tu llamado de libertad e independencia, sea vivir un estado de enamoramiento sostenido durante toda tu relación de pareja, cuando lo que tienes en casa es una relación estable, segura y sólida pero cargada de aburrimiento y falta de intensidad a diferencia de los primeros tiempos de conoceros. La sociedad en que vives y la constante presencia de los medios de comunicación que te rodean y saturan tu consciencia confunden constantemente las dos clases de amor (amor pasional y amor estable). Impulsándote a pensar de forma consciente o inconsciente en el amor y la vida en pareja como un estado de amor romántico, intenso y pleno como único modelo de relación sincera y verdadera. Y cuando no es así puede que dudes de tí, del otro, del vínculo con esa persona, de si ES o NO ES tu compañer@ de vida, de si deberías tomarte un tiempo para conocerte mejor y ver lo que realmente quieres en la vida o con esa persona.
Para que exista la pasión es necesario que haya una lucha continua, obstáculos que superar, un anhelo por tener de la otra persona o del vínculo, más de lo que se dispone. Pasión significa literalmente sufrimiento, a menudo sucede que cuanto mayor es el sufrimiento, más profunda es la pasión. La excitante intensidad de un romance apasionado no puede ser igualada por el solaz más benigno de una relación estable y comprometida. De modo que si la persona al fin recibiera del objeto de su pasión lo que tan ardientemente ha deseado, el sufrimiento desaparecería y la pasión pronto se consumiría.
Es aquí donde quizás estés cayendo en la trampa de creerte no enamorad@ de tu pareja, porque ya no sientes justamente ese dolor agridulce de los primeros tiempos.
Volviendo a tu necesidad de independencia, novedad y riesgo, sea el motivo que sea que lo impulse, debes tener en cuenta también que esta experiencia de separación y ruptura muchas veces fracasa, impulsándote a volver con tu pareja pasado un tiempo por no terminar de repuntar, o bien llevándote a emparejarte con una persona nueva pero poco afín con el mero propósito de evitar y evadir el dolor de la soledad. Porque en lo profundo y caracterial no quieres o puedes ser de momento un hombre o una mujer independiente, autosuficiente y libre. Estar sol@, despertarse e ir a dormir sol@, tomar días de vacaciones sol@ es un camino que te lleva a la madurez y aceptación profunda de tí mism@, pero no es por regla general una vía fácil y cómoda precisamente.
En palabras de Osho, “La capacidad de estar solo es la capacidad de amar, de dar y recibir libertad sin dependencia”, promoviendo luego un amor sin necesidad ni ataduras como puede que hayas sentido en la relación que estás queriendo interrumpir justamente.
Puede que tu día a día no te brinde el tiempo para pensar en qué es lo que quieres seriamente, que es lo mejor para tí, para vosotros, para la familia en su conjunto. Y sientas que tienes que tomar una decisión rápidamente por salir de la situación de crisis, sufrimiento o frustración con tu pareja. Como si condujeras tu coche a toda velocidad y llegaras a un cruce de carreteras sin saber cuál será la continuación de ambos caminos, si debieras tomar una nueva dirección y no lo estás haciendo. Y para colmo de males, detrás tuyo hay otros coches que te impulsan a seguir rodando sin poder escucharte solo a tí y a tus propios tiempos. Al igual que en este ejemplo, si te equivocas por actuar o por no haber actuado, es decir, si le planteas a tu pareja la separación o por el contrario decides seguir -al menos por el momento- en vuestro mundo conocido, antes o después podrás siempre rectificar el camino. Siempre podrás reparar el daño y la «mala» decisión, asumiendo los costes de ello, evidentemente. Consecuencias que pueden llegar a ser duras y con altibajos, como sucede por ejemplo en los casos de una infidelidad descubierta y tras la decisión mutua de seguir estando juntos.
Es muy provechoso e importante que sepas antes de compartir y plantear nada a tu pareja, a dónde quieres ir con tu soledad e independencia y qué es lo que deseas experimentar o vivir con esta libertad personal y relacional. Tienes que tomar decisiones, algunas más importantes que otras – sobre todo si hay niños, planes o bienes compartidos – si deseas que funcione tu propio proyecto de vida y libertad.
Y si eres honest@ y admites que llevas mucho tiempo con esta inquietud y agonía que no te permite tomar las riendas de tu vida, así sea terminar de separarte o apostar por el proyecto de pareja, puedas pedir ayuda y revisar pros y contras de cada decisión. El verdadero sabor de la ruptura e independencia no es siempre dulce, agrio ni salado, ni tampoco es siempre próspero, positivo o fácil, pero tiene un gusto que para tí te será propio y especial.
Esperando que te haya sido útil, si quieres que te acompañe en este momento de duda o duelo que estás viviendo, o bien deseas tratar cualquier dificultad que está habiendo con tu pareja para hacer un último intento, clica en Terapia de Pareja o en Coaching Encuentra Pareja
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