La llegada de un hijo/a cambia drásticamente la dinámica de la pareja, sobre todo a nivel de sexualidad e intimidad, y afecta de forma más radical a los padres primerizos. Para que no te dañe ni desestabilice es importante que entiendas sus motivos y que sepas que le sucede a la mayoría de parejas.

La sexualidad es un rasgo propio de cada ser humano, desde que nace hasta que muere, y tenerla viva y presente genera un desarrollo sano y satisfactorio de tu vida. Es un portal para el despertar de la consciencia, la creatividad y la expresión del amor dentro de la pareja y con contigo/a mismo/a. Por ello la importancia de reencauzarla o reavivarla si ves que se ha apagado o postergado en tu relación.

Posibles causas de distanciamiento a nivel sexual de uno o ambos miembros de la pareja:

  • La madre entra en pleno romance con el bebé y deja afuera de la diada al padre. Situación que además puede causar en algunos hombres resentimiento o celos, y que puede generar una actitud de hostilidad y venganza, que incrementa la frialdad y falta de cariño en el trato a la madre.
  • El sueño se ve gravemente afectado para ambos, afectando a cada uno a su manera y recargando al exceso el vínculo.
  • Cambio en la disponibilidad de tiempo y franja horaria en que se solía hacer el amor o intimar. La llegada de un bebé suele alterar los espacios y tiempos dedicados a la intimidad.
  • El padre se puede ver resentido por asumir nuevas tareas domésticas – además de trabajar fuera de casa y dormir poco – que el nuevo bebé y la falta de tiempo de la madre requieren, a las que probablemente no estaba acostumbrado, o al menos no con esta magnitud.
  • La madre suele estar muy afectada física y emocionalmente tras el tsunami hormonal del embarazo, el parto y el puerperio, así como padecer una posible hipersensibilidad e inestabilidad emocional, molestias de la cesárea o episiotomía, aparición de hemorroides, dolor en los pechos, grietas en los pezones y una lista interminable que varía según cada mujer.
  • Con la aparición de un nuevo ser a quién atender y con tantas necesidades que se despiertan cada día, se hace complicado encontrar tiempo para el auto cuidado como mujer o como hombre y hacer esas pequeñas cosas que elevan el autoestima y la sensación de sentirse deseable para la otra persona, disminuyendo así el propio deseo personal.
  • Los dos están agotados y tienen poca energía para reencauzarla hacia la pareja, el juego y el compartir, originándose así un círculo vicioso de desgano, irritación, malos entendidos y discusiones…

Por este motivo, cuando la matrona o ginecóloga aconseja la cuarentena lo toman como una bendición, una excusa perfecta y bien recibida para justificar el desencuentro y la resistencia a intimar. Pero ¿qué sucede después de ello?

7 Claves para que recuperes la intimidad perdida tras el parto:

1.Recupera el espacio de acuerdos, de intimidad, de empatía emocional. Aunque sea difícil – y más aún si ya llevan desde gran parte del embarazo sin intimar o hacer el amor – es una de las mejores y más eficaces formas de crear armonía, vinculación y complicidad con tu pareja, además de compensar a ambos tantas nuevas exigencias.

2.Vuelve a acordar con tu pareja, vuelve a verlo/a como el/la “compañero/a de vida” que era hasta hace muy poco, y no como ese/a desconocido/a, enemigo/a, o juez dentro de tu propio hogar que puedes estar sintiendo que es. Este es el primer paso para el reencuentro y el romance. En la medida de lo posible, este reencuentro deberá pasar al inicio por el compañerismo, el cuidado, la generosidad y la complicidad cotidiana, y recién después por lo sexual, recordando que sexualidad no quiere decir necesariamente penetración.

3.Fomenta la diversión y el tiempo compartido juntos a través de paseos por la playa o la montaña, asistir a un concierto, volver a mirar una película favorita, bailar con una buena música y “hacer el tonto” en casa, tomar el tiempo para un simple café o cena a solas como pareja, sin bebé.

4.Para superar las limitaciones que puede llegar a imponer el presente recuerda los momentos de alegría y bienestar compartidos a lo largo de toda la relación, imaginando y confiando que se repetirán en un futuro cercano.

5.En toda relación afectiva, pero sobre todo ante una situación de crisis o quiebre, aprender a ser más generoso y estar dispuesto a postergarse un poco para el bienestar común o del otro, ayuda mucho a volver a construir en el amor. Haz aquello que con tanta disponibilidad y entrega haces por tu bebé, pero aplicado a tu pareja. La recompensa vale la pena y llega de forma inmediata.

6.Es importante que a nivel sexual respetes los tiempos de la mujer y sus necesidades eróticas, que de hecho pueden haber cambiado en gran medida luego del embarazo y con la llegada de la lactancia y la maternidad. Por ejemplo muchas mujeres desean un tacto más suave y lento, otras que no le toquen o besen los pechos, o bien que haya menos luz que la que estaban habituados a tener en estos momentos.

7.Quizás pienses que en sexualidad y en amor no se puede aprender o entrenar, que es algo natural y espontáneo que va surgiendo solo.  Suele ser un tema tabú en la pareja, del que no es necesario hablar, preguntar, leer, conocer. Y eso te genera aún más frustración que la quizás ya vivida por la falta de exteriorización de las inquietudes o insatisfacciones que esta problemática te puede estar causando, o a tu pareja. Así como la comunicación y la intimidad, la sexualidad puede cambiar y mejorar si ves que no marcha bien o que es insatisfactoria.

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